LOS VALORES DE LA PRECIOSA SANGRE
LOS VALORES DE LA PRECIOSA
SANGRE
Vivo fuera del Barrio de la
Fortuna, y lejos de Leganés. Mi casa está a más de 40 km. De este barrio. Formo
parte de esta hermandad tan solo desde hace dos años. Y cada vez, me siento más
cerca de mis hermanos cofrades. Mi familia, es otra familia dentro de esta
Casa.
Hasta hace dos años, nunca había
estado cerca de este mundo. No conocía a nadie, pero su acogida me hizo
sentirme en casa prácticamente desde el primer momento.
Formar parte de esta gran
Familia que es La Preciosa Sangre, tiene muchas más connotaciones que las
meramente religiosas. Es verla crecer cada año, con el esfuerzo de todos, un
poquito más. Es apoyarse los unos en los otros. Es superar entre todos las
diferencias de opiniones que hay en todas las familias. Es saberse protegido,
apoyado, acompañado cuando lo necesitas; es dar y recibir, superarse cada año
un poquito más.
Quiero que mis hijos crezcan
con estos valores. Que la sociedad en que vivo, tenga estos valores. Quiero
seguir creciendo más como persona, y quiero poder hacer mucho más por mis
hermanos y hermanas. También sería estupendo que a nuestra Familia, lleguen más
como la mía… que cada vez sea más grande.
Y a ti, que estás leyendo
esto, te digo que no lo lees por mera casualidad. Eres bienvenid@ a esta
nuestra casa, a nuestra Familia. Que te estamos esperando, tu aportación a esta
casa es muy importante para todos.
A cambio, compartirás con
nosotros la emoción de ver cómo nuestros maridos y mujeres, nuestros hermanos y
hermanas, nuestros hijos… sacan a sus hombros, con tanto esfuerzo, al Cristo y
la Virgen de la Iglesia; los nervios previos a la salida de los Nazarenos y
Penitentes ocupando su lugar en la procesión en el momento de salir a la calle
acompañando nuestros Pasos. Compartirás cada levantá… con las lágrimas brotando
de tus ojos, sabiendo el esfuerzo tan tremendo de nuestr@s herman@s costaler@s…,
y los capataces que los guían, con cuatrocientos ojos para que todo salga bien,
y cuidando lo mejor posible de todos los que están debajo del paso, como si
fueran sus propios hijos.
No me olvido de todos los
preparativos que hay que hacer para el final de fiesta. Para que cada hermano
tenga su bocata al finalizar la procesión, su bebida, su pinchito… para reponer
fuerzas…
Y nuestros hijos, la pequeña
hornada… que a pesar del frío, del esfuerzo, dan el callo como el que más.
Algunos son muy pequeños, pero nos demuestran la Grandeza del Ser Humano. Qué
grandes son!!
Gracias a todos por formar
parte de mi vida, por vuestras aportaciones, por vuestro calor. Por vuestra
cercanía. Entre todos lograremos seguir adelante con los que comenzaron con
esta ilusión hace muy pocos años. Te esperamos. Tu aportación y tu Presencia
son importantes.
Monika Ruiz González
Comentarios
Publicar un comentario