UNA NUEVA FORMA DE VIVIR LA SEMANA SANTA...

Hola! Lo primero que voy a hacer antes de empezar a escribir, es presentarme. Me llamo Monika, y nací en Bilbao hace treinta y siete años. De los cuales, hace ya 16 que vivo en Madrid.


La forma en la que yo he vivido la Semana Santa a lo largo de mi vida, era la misma que la de muchas personas. Aprovechaba el puente para irme a mi pueblo a estar con mi familia, y disfrutar de los placeres que me da la vida en la montaña. A parte de ver las películas que te echan en la tele de la pasión de Jesucristo( pelis que jamás me cansaré de ver… por cierto)

Pero este año comenzó lleno de sorpresas… y una de ellas, me llegó un día que me fui a ver como era un paso de Semana Santa. Fui a acompañar a mi pareja, que había quedado para el ensayo del paso. Hasta ese momento, yo no sabía lo que era ser un costalero o costalera. Ni tampoco todo lo que conlleva pertenecer a una cofradía. Ese primer día me dediqué a observar... lo hacía como cuando era una niña, y mis padres me llevaban a un sitio nuevo. Observaba con esa clase de curiosidad que caracteriza a todos los niños que desde una esquinita no pierden detalle, aunque parezca que no se enteran de lo que ocurre a su alrededor.

Me fui sabiendo que no tardaría demasiado en volver. Y así fue. El viernes de Dolores yo iba a echar una mano en lo que pudiese, a poner mi granito de arena, y a disfrutar de una procesión de Semana santa.

Pero me sorprendió otra vez más la vida y su magia, y al rato de comer, ya me estaba probando un traje de penitente. Esta vez eran los ojos curiosos y como platos de mi hija, los que me estaban observando a mí. Que al rato también se estaba probando otro traje para mayor sorpresa mía. Su hermano de seis años, también se unió, con un costal en la cabeza.

Y antes de la ceremonia de la Misa, allí estaba yo con toda mi familia, embarcada en una historia, que sin duda sería inolvidable.

Al terminar la ceremonia en la Iglesia de San Fortunato, en el barrio de La Fortuna de Leganés, Fernando nos organizó a todos. Y allí estaba yo, rodeada de niños, detrás del Cristo, y delante de la banda de música.

Creo que no podría describir con palabras todo lo que sentí aquella mágica noche. Creo que lo más apropiado es precisamente eso…. Fue Mágica.

Desde mi casa escribo estas palabras de agradecimiento, a todos los cofrades por su acogida, por su inmensa sencillez, por su grandeza. Y a Dios, al Universo, al barrio de la Fortuna y a Jose.. que fue quien me acercó a esta maravillosa experiencia. GRACIAS, GRACIAS Y MÁS GRACIAS!!!

No quiero despedirme sin decir, que por supuesto hay otros tres cofrades más en la preciosa sangre.

De todo corazón.

Monika

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